La importancia de la intervención temprana en los niños con espectro del autismo

01 abril 2017

La intervención temprana se refiere a un conjunto planificado de medidas y actividades dirigidas a promover el desarrollo de niños de 0 a 6 años con discapacidades o situaciones de vulnerabilidad en su entorno que impiden un adecuado desarrollo (Zalaquetta et al. 2015). Según estos autores la importancia de la intervención temprana se asocia con la neuroplasticidad. La ausencia de cambios  sociales en el entorno diario del niño, no permitirá observar cambios apreciables en su desarrollo.  Un diagnóstico seguido de una intervención temprana permite alcanzar la mayor parte del potencial del niño o niña (la Academia Americana de Pediatría recomienda aplicar pruebas de evaluación durante los controles de supervisión a los 9, 18 y 24 o 30 meses de edad).

Seleccionar una intervención temprana puede ser una tarea confusa y ardua. En la mayoría de los casos son los padres los que tienen que buscar, investigar y navegar analizando las múltiples opciones que hay disponibles.

Qué debería tener un tratamiento de intervención temprana

Parece haber un consenso generalizado en considerar que el tratamiento debería ser clínico y psicoeducativo, personalizado, intensivo, en todos los ámbitos del niño y con la coordinación del os agentes implicados (Sánchez-Raya, Martínez-Gual, Moriana Elvira, Luque Salas, Alós Cívico, 2015).

La mejor manera de maximizar un tratamiento es  valorar cada caso particular (síntomas, capacidades, etc.), el contexto en el que se encuentra, la situación familiar y realizar un tratamiento con un diseño personalizado con técnicas o componentes que hayan demostrado su eficacia y habiéndose basado en evidencias empíricas (Sánchez-Raya et al., 2015). Esto maximizará las posibilidades del niño y aumentará la calidad de la intervención.

Una regla de oro, según Autism Awaresness Australiaque el tratamiento sea intensivo.  La frecuencia o intensidad en la intervención es importante, no solo respecto al número de horas sino también respecto a la calidad de esas horas. Esto repercute evidentemente en el coste del tratamiento.

Raising children destaca tres características principales para recomendar un programa de intervención temprana y lista estas características en el siguiente documento. Debería centrarse en la familia, estar bien estructurado y basado en evidencias (demostrado su eficacia empíricamente o basado en datos):

  1. Focalizado en la familia : Incluye a miembros de la familia que trabajan con los profesionales y aprenden cómo ayudar a sus hijos o familiares. Es flexible y puede ofrecerse en casa así como en la guardería, escuela o en el centro de atención temprana. Apoya y guía a las familias.
  2. Bien estructurado: Tiene personal que está específicamente entrenado para dicho servicio. Desarrolla un plan individual para cada niño. Monitorea el progreso de cada niño con regularidad. Es altamente estructurado, bien organizado, regular y predecible. Provee un ambiente de apoyo durante el aprendizaje. Prepara al niño para ir al colegio. Facilita el contacto entre el niño con TEA y niños con desarrollo típico.
  3. Basados en evidencias:  Esta diseñado para niños con TEA. Se centra en el desarrollo de la atención, la confianza, la imitación, el lenguaje y las habilidades sociales. Incluye estrategias para ayudar a tu niño a adquirir nuevas habilidades y a utilizarlas en diferentes entornos. Se centra en reducir las conductas complejas enseñando conductas alternativas más apropiadas.

¿Podría una efectiva intervención temprana cambiar la biología cerebral que subyace a los TEA?

Según Daniela Zalaquetta et al. (2015) una intervención es efectiva para cambiar la biología cerebral en la medida en que se considera el perfil individual del niño y su familia (fortalezas y debilidades), un ambiente altamente estructurado y contenedor, así como la regularidad en la frecuencia del trabajo incluyendo la participación y contención de los padres. Una buena intervención incluye sesiones regulares de evaluación para chequear el niño está haciendo progresos. Las mejoras son pequeñas al principio pero habrá ganancias. Si el progreso no se produce, la intervención debería modificarse o pararse.

Eficacia de los tratamientos

Respecto de los tipos de intervención usados en niveles de guardería y preescolar Zalaquetta et al. (2015) plantean la siguiente clasificación:

  • El uso de enfoques conductuales, tales como ABA (Applied Behavior Analysis o Análisis de Conducta Aplicado) o Denver.
  • Enfoques basados en el desarrollo del niño (DIR, RDI).
  • Enfoques basados en terapias específicas (lenguaje, motricidad, sensorialidad).
  • Enfoques basados en terapias combinadas (TEACCH) y familiares (Early Bird Program).
  • Finalmente,intervenciones eclécticas, aquellas que incorporan distintos aspectos de los modelos de intervención mencionados.

¿Y qué decir de la eficacia que han mostrado cada una de ellas? Sánchez-Raya et al. (2015) realizan una revisión sistemática de las intervenciones psicológicas más eficaces:

1. El sistema ABA (Applied Behavioral Analysis o Análisis de Conducta Aplicado).

2. Programas conductuales que informan de buenos resultados pero tienen limitaciones metodológicas (al no disponer de al menos dos estudios independientes que satisfagan suficientes criterios como para suponer ensayos clínicos aleatorizados):

  • Intervención Conductual Temprana e Intensiva (Early Intensive Behaviour Intervention – EIBI; Behavioural Intervention – IBI)
  •  Entrenamiento por Ensayos Discretos (Discrete Trial Training),
  • Programa de Desarrollo Infantil de Princeton (Princeton Child Developmental Program – PCDI),
  • el Programa de Rutgers – Douglas Developmental Disabilities Centre (EIBI – en el hogar),
  • el Programa Global de Análisis Conductual Aplicado a la Escolarización (CABAS – >Comprehensive Application of Behaviour Analysis to Schooling)

3. Programas prometedores, pero que todavía no han sido capaces de publicar amplios ensayos clínicos que corroboren su eficacia con un criterio basado en la evidencia.

  • TEACCH
  • DENVER

4. También están de actualidad y suponen otros intentos por sistematizar intervenciones globales en autismo el entrenamiento intensivo en comunicación,

  • la terapia cognitivo-conductual,
  • entrenamiento y capacitación de padres.

5. Presentan un estudio aleatorizado que apoya su eficacia.

  • Modelo del Desarrollo Social-Pragmático (Developmental Social-Pragmatic Model (DPS)
  • Intervención del Desarrollo de Relaciones (Relationship Development Intervention- RDI).
  • El Modelo de Greenspan o Terapia de Juego en Suelo o Intervención del Desarrollo basada en las Relaciones y las Diferencias Individuales (Floor Time Developmentally-based Individual Difference Relationship-based Intervention – DIR).

6. Propuestas  interesantes  que aportan matices a la intervención en autismo, aunque están lejos de demostrar su eficacia global en estudios controlados.

  • Programa de Apoyo Conductual Positivo (Positive Behavioural Support – PBS y School-wide Positive Behavoural Intervention and Support – SW – PBIS)
  • Evaluación Funcional (Functional Assessment)
  • Entrenamiento en Comunicación Funcional (Functional Communication Training).

7. Otros programas vienen encuadrados desde el enfoque de la Enseñanza Naturalista (Naturalistic Teaching)

  • Enseñanza Incidental (Incidental Teaching)
  • Entrenamiento en Conductas Pivote (Pivotal Response Training)
  • Enseñanza por Ensayos Discretos (Discrete Trial Training – DTT)
  • programas de Enseñanza del Entorno (Milieu Teaching).

8. Intervenciones centradas en la comunicación

  • Picture Exchange Communication System
  • Verbal Behaviour Approach – VB (dentro de ABA)
  • Comunicación Total y los Sistemas de Comunicación Alternativa y Aumentativa.

9. Intervenciones centradas en las interacciones sociales:

  • Entrenamiento en habilidades sociales,
  • Programas de historias sociales
  • Parent Training

¿Cómo desarrollar la intervención en el ámbito educativo?

A continuación, nos gustaría mostrar uno de los proyectos presentados en la tercera edición premios buenas prácticas educativas-Fundación SM. Permite comprender el trabajo realizado en un aula TEA dentro de un centro educativo, el CEIP Vicente Alexandre. Para que este aula funcione adecuadamente es fundamental la coordinación entre los especialistas, las familias y el profesorado. En ella se plantean las dificultades del profesorado no especialista hasta que logra adquirir los conocimientos adecuados gracias a la ayuda de los especialistas que trabajan en el centro.

Referencias