El género y la brecha educativa

11 mayo 2016

La asociación Education For All (EFA) perteneciente a la UNESCO ha publicado el Informe Género y EFA: 2010-2015, logros y desafíos sobre género. La principal conclusión destaca que menos de la mitad de los países analizados han alcanzado la paridad de género en educación primaria y secundaria.

“Educar a una chica es educar a una nación. Esto permite un efecto domino que cambia el mundo sin lugar a dudas para mejor. Nos hemos embarcado en una nueva agenda ambiciosa para lograr un futuro sostenible. El éxito de esta tarea no es posible sin el empoderamiento de las niñas, jóvenes y madres.”

El informe, publicado conjuntamente por la Global Education Monitoring (GMR) y la Iniciativa para la la Educación de las Niñas de las Naciones Unidas, muestra que aunque el objetivo no se ha cumplido por todos, el progreso hacia la paridad de género es uno de los mayores éxitos de educación desde el año 2000.

El número de países que han logrado el objetivo de la paridad entre géneros en la enseñanza primaria y secundaria ha aumentado de 36% a 62% desde el año 2000. A pesar de que a 62 millones de niñas todavía se les niega el derecho básico a la educación, el número de niñas que no asisten a la escuela se ha reducido en 52 millones en los últimos 15 años. No obstante, aún quedan retos por hacer, considerando que existe una amplia diferencia de género en la escolarización en cada ciclo del sistema educativo, mostrando las niñas más pobres una mayor desventaja.

Género y la EPT 2000-2015: logros y desafíos: informe de seguimiento de la EPT en el mundo, 2015, resumen sobre género.

Educación Primaria

Las niñas continúan enfrentándose a los desafíos más grandes para acceder a la escuela primaria. Casi la mitad de las niñas nunca va a poner un pie en un aula, lo que equivale a 15 millones de niñas, en comparación con poco más de un tercio de los niños que no están escolarizados.

Educación Secundaria

La disparidad de género en la educación secundaria se está reduciendo, pero todavía sigue siendo elevada. En 2012, al menos 19 países tenían menos de 90 niñas por cada 100 niños en la escuela. La disparidad fue mayor en los países árabes y la región del África subsahariana. En la República Centroafricana y el Chad en 2012, por cada 2 niños que asistían a la escula lo hacía 1 niña.

Bachillerato

Los niños son más propensos que las niñas a abandonar la enseñanza secundaria superior. Sólo 95 niños por cada 100 niñas terminan este nivel, y la situación apenas ha cambiado desde el año 2000. En los países de la OCDE, el 73% de las niñas en comparación con el 63% de los niños completa el bachillerato.

Alfabetización

La brecha de género en la alfabetización de los jóvenes se están reduciendo. Sin embargo, menos de siete de cada diez mujeres jóvenes en el África Subsahariana saben leer y escribir en 2015. La falta de progreso en la alfabetización de las mujeres adultas es un hecho a destacar: dos tercios de los adultos que carecen de competencias básicas de lectura son mujeres, una proporción sin cambios desde el año 2000. La mitad de las mujeres adultas en Asia Meridional y Occidental y el África subsahariana no saben leer ni escribir

La violencia de género en la escuela es una de las peores manifestaciones de la discriminación de género y que frena notablemente los logros educativos obtenidos. De igual manera, los matrimonios infantiles siguen siendo una barrera persistente para la educación de las niñas. En 2012, casi una de cada cinco mujeres que se casaban tenían entre 15 y 19 años.

La EFA-GMR ha desarrollafo una herramienta online interactiva  para mostrar esta brecha de género en diferentes contextos. Muestra, por ejemplo, que en el África subsahariana, las niñas más pobres tienen casi nueve veces más probabilidades que los chicos más ricos de no pisar nunca un aula. En los Estados árabes, una quinta parte de las niñas más pobres nunca han ido a la escuela, en comparación con una décima parte de los niños más pobres. En América Latina y el Caribe, los varones están en desventaja: el 55% de los niños en comparación con el 63% de las niñas de las zonas rurales de educación secundaria completan la educación secundaria inferior.

“A falta de tener otra forma de medir la igualdad de género, nos hemos centrado en conseguir un número igual de niños y niñas escolarizados. Sin embargo nunca vamos a lograr esto a menos que se ataque las raíces de desequilibrio: las barreras sociales y las arraigadas normas sociales discriminatorias. A menos que empezamos a entender la igualdad como un concepto mucho más amplio, las niñas y las mujeres jóvenes nunca serán capaces de aprovechar todas las ventajas de la educación”.