El mundo tendrá que esperar hasta 2084 para la educación secundaria universal

22 septiembre 2016
El derecho a un futuro mejor / Imagen: Yayhya Arhab/EPA.

Casi un año después de que la elaboración de un nuevo paquete de Medidas sobre Desarollo Sostenible (SDG) para 2030 haya finalizado, un primer informe de seguimiento sobre el progreso global de la educación y el aprendizaje permanente, muestra cuánto queda por hacer todavía para asegurarse de que nadie se quede atrás. Esta noticia se ha traducido a partir del artículo publicado en el diario The Conversation y realizado por Anna Childs.

El SDG reemplazó al proyecto Objetivos de Desarrollo del Milenio, que llegó al final de sus 15 años de trabajo en 2015. Si bien el informe anterior que se centró en un aspecto principal –lograr la educación primaria universal– el equivalente SDG tiene siete objetivos, incluyendo lograr una educación secundaria y universitaria universales.

Así el informe 2016 Global Education Seguimiento de la UNESCO comienza un nuevo periodo, con un nuevo conjunto de evidencias para comprobar que se cumplen los objetivos.

La UNESCO se basa en los datos obtenidos en 2014-15 para concluir algo que ya sabemos: que el mundo no ha logrado alcanzar la educación primaria universal. De hecho la tendencia actual indica que sólo el 70% de los niños en los países en desarrollo completará la escuela primaria en 2030, el año de la fecha límite planteada por el proyecto SDG. El objetivo de lograr la enseñanza primaria universal, que también se mantiene dentro del proyecto SDG sobre educación, no ocurrirá hasta 2042. Siguiendo la misma línea, el nuevo objetivo para la educación secundaria universal (12-16 años), se logrará en 2059 y la secundaria superior universal (16-18 años) en 2084. Hace menos de un año en la nueva agenda de «no dejar a nadie atrás», los datos ya predecían que el primero de los objetivos se iba a alcanzar medio siglo más tarde.

Ni siquiera primaria universal completa se logrará en 2030 en los países con ingresos bajos o medios. GEM ONU 2016.

Llegar a los más marginados

No dejar a nadie atrás significa trabajar más duro para crear un acceso a la educación para los que el informe denomina «subpoblaciones desfavorecidas», señaladas habitualmente por el nivel de ingresos, el género, la discapacidad, el origen étnico, la ubicación o la situación migratoria.Considerando a los niños de tres a cuatro años de edad en el mundo, los niños más ricos tienen casi seis veces más probabilidades de asistir a un programa de educación infantilen comparación con los más pobres. La pobreza sigue siendo el problema más importante relacionado con el acceso a la educación.

En Serbia, por ejemplo, los niños de origen gitano pasan menos de la mitad del tiempo en la escuela en comparación con niños serbios de la mayoría no gitana. A nivel nacional, las mujeres superan a los hombres de Serbia en el logro educativo. Sin embargo, en la población gitana, las mujeres logran sólo dos tercios del éxito educativo en comparación con los chicos.

Las demandas en planes de estudios nacionales

Garantizar una educación de calidad y equitativa y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos es relevante sin embargo los objetivos del proyecto también se centran en lo que aprenden y cómo lo hacen cuando llegan a la escuela. La prácticas de enseñanza efectivas y la disponibilidad de buenos libros de texto son pruebas de calidad evidentes, sin embargo los nuevos objetivos ponen énfasis en el cambio de los planes de estudio y el curriculum  a nivel nacional.El plan de estudios es la principal vía para la establecer los conocimientos y habilidades necesarias para promover y establecer un desarrollo sostenible. Un programa curricular impulsado a través de una política nacional a menudo contribuye a la marginación debido a su énfasis en el lenguaje, el conocimiento, la historia y la cultura de algunos grupos (pero no de otros).

En torno al 40% de la población mundial no tiene acceso a la educación en un idioma que entiendan. Donde existe una política de apoyo, el informe pone de relieve sin embargo, cómo la realidad sobre el terreno, puede hacer que sea imposible poner las en práctica:

En la región de Mopti, Mali, sólo el 1% de las escuelas primarias proporcionan instrucción bilingüe en el idioma apropiado y por un maestro capacitado, a pesar de la política nacional.

El aprendizaje permanente

SDG4 lleva la educación técnica, profesional y superior a la vanguardia de la agenda de desarrollo global. La diversidad de la oferta de educación para adultos hace que la supervisión sea particularmente difícil. Lo que esto nos dice hasta ahora indica los mismos problemas que en educación primaria y secundaria – la riqueza tiene un enorme impacto en el acceso a la educación universitaria.

Existen grandes diferencias en la educación superior entre los pobres y los ricos. GEM UNESCO 2016.

La buena noticia es que la matrícula global en la educación universitaria se duplicó de 100 millones en 2000 a 207 millones en 2014, pero la disparidad entre países y dentro de cada uno de ellos, sigue siendo enorme.

En Filipinas en 2013, el 52% de los más ricos de 25 a 29 años de edad ha completado al menos cuatro años de educación universitaria, pero sólo el 1% de los más pobres lo hizo.

Al mismo tiempo, hay mucho que aprender de los países que están experimentando con diferentes modelos de financiación y acceso. En Chile, el informe dice que: «Alrededor de 165.000 estudiantes comenzaron a asistir a la universidad de forma gratuita en el nuevo curso que comenzó en marzo de 2016. Estos representaban aproximadamente la mitad de los estudiantes de 50% más pobre de los hogares chilenos.»

Sensación de urgencia

El informe SDG4 hace hincapié en la necesidad tomar un impulso para lograr los siete objetivos. Nuestros líderes mundiales tienen que demostrar su compromiso con la agenda 2030 –para no dejar a nadie atrás– a través de la voluntad política, nuevas políticas, innovación y recursos. Irina Bokova, directora general de la UNESCO, escribió en la introducción del informe:

Si nos tomamos en serio SDG4, debemos actuar con un mayor sentido de urgencia, y con un compromiso a largo plazo. De no hacerlo, no sólo afectará negativamente a la educación, sino que obstaculizará el progreso hacia todos y cada uno de los objetivos del desarrollo: reducción de la pobreza, la erradicación del hambre, mejorar la salud, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, la producción y el consumo sostenibles, las ciudades resilientes, y unas sociedades más equitativas e inclusivas.

El nuevo informe ofrece pruebas irrefutables de que la educación debe estar a la vanguardia de todas las agendas.